Muchos sabrán que dormir boca abajo resulta muy poco recomendable, no solo por la propia posición de nuestro cuello, que puede provocarnos dolencias crónicas, sino también por no poder respirar correctamente en esa posición. Pero hay otras que igualmente pueden perjudicarnos a la hora no ya de dormir a gusto, sino de conseguir que ese sueño sea reparador y tengamos al día siguiente las fuerzas necesarias para realizar todas nuestras tareas cotidianas.
¿Porqué? Es muy sencillo. Simplemente en esta postura, nuestro cerebro puede "reiniciarse" de una forma mucho más natural, dejando a un lado los residuos de ese día y formateándose de alguna manera para que al día siguiente estemos en plena forma no solo física, sino también mental. Los hábitos del sueño son una de las principales causas de malestar a lo largo del día, de ahí su importancia.