Pasamos gran parte del día con los pies encerrados y sujetos por los zapatos. Los roces, el sudor y las infinitas horas de pie que experimentamos a lo largo de nuestras jornadas ocasionan que, al poco, aparezcan los molestos callos en los pies. Si eres de esas personas que, por lo general, no le dedica mucho tiempo a esta parte del cuerpo, queremos invitarte a conocer un remedio sencillo, económico y rápido para conseguir unos pies suaves y sin callos. Podrás preparar este truco de belleza en poco más de 10 minutos.
¿Empezamos a tomar nota?
Estas son las principales razones por las cuales suelen aparecer:
Cuanto más puntiagudos sean los zapatos, mayor probabilidad tendremos de que aparezcan los callos. Ten en cuenta también tu propia anatomía del pie. Si tienes juanetes lo más probable es que los sufras de forma regular. Si tienes lo que se conoce como “pie griego” es decir, el segundo dedo del pie más largo de lo normal, también cabe la posibilidad de que tengas que hacer frente al problema de los callos. Debemos tener cuidado también con la cantidad de horas que pasamos al cabo del día con un calzado muy cerrado.
Remedio con leche y sal para conseguir unos pies suaves y sin callos
Ingredientes
1 litro de leche
3 cucharadas de aceite de oliva (unos 50 g)
100 g de sal gorda
Preparación
- En primer lugar calentaremos la leche. Sin que llegue a hervir, debemos dejarla a una temperatura tibia, donde no sea agradable sumergir los pies, sin pasar frío pero sin quemarnos
- Prepara la tina donde te permita poner los pies con tranquilidad y permanecer así durante 20 minutos. Procura relajarte.
- Ahora, cuando la leche y el ácido láctico ya esté dentro de nuestra piel y hayan suavizado esa zona más rebelde donde tenemos los callos, pasamos ya a exfoliar la piel de los pies.
- Para ello, vamos a mezclar en un recipiente el aceite de oliva con esos 100 gramos de sal gorda. Una vez lo tengas listo, coloca esta mezcla en tu manopla de baño. De esta forma te será mucho más fácil ejercer la exfoliación.
- Nos vamos ya a esas partes más ásperas y problemáticas del pie, donde, por lo general, se localizan los callos: la planta del pie o los dedos pequeños o gordos. Exfolia de forma cuidadosa con nuestra mezcla a base de sal gorda y aceite de oliva.
- Una vez hayas terminado de hacer el masaje con tu manopla, vuelve a sumergir los pies en la tina de leche tibia para retirar el aceite de oliva y la sal de tus pies.
Para que este remedio haga efecto y puedas lucir unos pies suaves y sin callos, deberás realizar este tratamiento antes de ir a dormir. Una vez te hayas secado, ponte unos calcetines cómodos.
De esta forma, todos los elementos actuarán durante la noche, dejándote unos pies preciosos al día siguiente.
¿Te animas a probarlo?
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